sábado, 19 de marzo de 2011

Una mañana de playa

Esta mañana hemos decidido, dado el buen tiempo, ir a la playa del puerto olímpico. Nos hemos sentado en la fresquita arena y mientras las niñas jugaban buscando conchas hemos contemplado el mar. Unos chicos cerca de nosotros tenían a sus dos perros sueltos. No entiendo como la gente no tiene consideración con los demás a la hora de soltar a sus canes por la playa mientras olisquean a las personas que están tan tranquilas tumbadas en el sol. ¿No se dan cuenta de que molestan? y no solo es ese el problema sino que además los animalillos, que no tienen culpa de nada mas que del incivismo de sus dueños, hacen cacas por todos lados mientras sus dueños sonríen felices. Mi marido les ha dicho que no debían de dejar a los perros sueltos y ¿sabéis lo que han dicho? pues que no molestan a nadie ¿cómo que no? ¿Porqué se cree que se lo estaba diciendo? Yo la verdad es que alucino. Y claro, al final no le han echo ni caso.
La mañana se nos ha terminado cuando mi hija pequeña ha lanzado a la cara de su hermana un puñado de arena dejandola gritando de dolor porque todo ha ido a parar a sus ojos. Entre los gritos de la grande por el dolor y los lloros de la pequeña por haberse portado mal nos hemos tenido que marchar con un mosqueo tremendo(después de limpiarle la cantidad de arena que se le había metido a la pobre en los dos ojos). Y es que no podemos ir a ningún lado con las dos sin que provoquen algún tipo de catástrofe(suspiro), pero así son los niños y al final mi marido y yo nos miramos resignados mientras cogemos el coche y nos volvemos a Montcada con la firme convicción de que no volveremos a la playa hasta verano(cosa que no será cierta porque a mi marido le encanta ir a pasear al lado del mar)
La foto es de esta mañana. A la izquierda podemos ver a dos chicas dentro del agua. Debía de estar helada. Luego no me he fijado si han salido con la piel azul, pero aplaudo su osadía.

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